Causas y tratamiento de los granos de pus en los perros

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¿Por qué mi perro tiene granitos de pus?

Cuando se trata de nuestros preciosos amigos peludos, puede ser preocupante ver granitos de pus en su piel. Estas pequeñas protuberancias pueden ser un signo de un problema de salud subyacente que requiere atención. La comprensión de las causas y las opciones de tratamiento para estas protuberancias de pus es esencial para garantizar el bienestar de nuestros queridos perros.

Índice

Una de las causas más comunes de las protuberancias de pus en los perros son las infecciones bacterianas. Estas infecciones pueden ocurrir cuando la piel se rompe o se lesiona, permitiendo que las bacterias entren y se multipliquen. Las infecciones bacterianas pueden ser el resultado de varios factores, incluyendo cortes, arañazos, picaduras de insectos u otras formas de trauma en la piel. Es crucial identificar el origen de la infección para tratar adecuadamente los granos de pus en estos casos.

Otra posible causa de los pus en los perros es una reacción alérgica. Al igual que los humanos, los perros pueden desarrollar alergias a determinadas sustancias, como el polen, ciertos alimentos o incluso sustancias químicas específicas. Cuando un perro se expone a un alérgeno, su sistema inmunitario puede reaccionar de forma exagerada, provocando una reacción alérgica. Esta reacción puede manifestarse en forma de granitos de pus en la piel, junto con otros síntomas como picor, enrojecimiento e hinchazón. Identificar y eliminar el alergeno del entorno del perro es un paso crucial en el tratamiento de este tipo de pus.

El tratamiento de los pus en los perros puede variar en función de la causa subyacente. En los casos de infecciones bacterianas, el veterinario puede prescribir antibióticos para eliminar la infección y reducir la inflamación. Además, puede ser necesario limpiar y desinfectar regularmente la zona afectada para favorecer la cicatrización. En caso de reacciones alérgicas, el veterinario puede recomendar antihistamínicos u otros medicamentos para aliviar los síntomas y reducir las protuberancias de pus. En algunos casos, pueden ser necesarios cambios en la dieta o dietas hipoalergénicas para prevenir futuras reacciones alérgicas. Siempre se recomienda consultar con un veterinario para determinar el mejor curso de tratamiento para la situación específica de su perro.

{Causas de los bultos de pus en los perros

Causas de pústulas en los perros

Pus protuberancias en los perros, también conocido como pústulas o pioderma, puede ser causada por varios factores. Estos incluyen infecciones bacterianas o fúngicas, alergias, picaduras de insectos y parásitos.

Infecciones bacterianas y fúngicas: Los perros pueden desarrollar pústulas como resultado de infecciones bacterianas o fúngicas. Bacterias como el Staphylococcus o el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) pueden invadir la piel y provocar la formación de pústulas. Las infecciones fúngicas, como las levaduras o los dermatofitos, también pueden causar protuberancias llenas de pus.

Alergias: Los perros pueden tener reacciones alérgicas a determinadas sustancias, como alimentos, polen o productos químicos. Estas alergias pueden provocar irritación cutánea, inflamación y la aparición de protuberancias con pus. Los signos comunes de las alergias incluyen picor, enrojecimiento, hinchazón y secreción.

Picaduras de insectos: Los perros pueden sufrir picaduras de insectos, como pulgas, garrapatas o mosquitos, que pueden causar irritación cutánea y la formación de pústulas. Las picaduras de insectos pueden provocar reacciones alérgicas o infecciones secundarias, que dan lugar a pústulas llenas de pus.

Parásitos: Los parásitos, como ácaros o piojos, pueden infestar la piel del perro y causar picor, enrojecimiento e inflamación. El perro puede rascarse en exceso, lo que provoca la aparición de protuberancias con pus. Estos parásitos pueden transmitirse de otros animales o del medio ambiente.

En conclusión, los granos de pus en los perros pueden deberse a infecciones bacterianas o fúngicas, alergias, picaduras de insectos o parásitos. Es importante consultar a un veterinario para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados de estas afecciones cutáneas. El tratamiento puede incluir medicamentos tópicos, antibióticos, medicamentos antifúngicos, o abordar la causa subyacente del problema.

Infecciones cutáneas

Las infecciones cutáneas en perros son un problema común que puede estar causado por diversos factores, como bacterias, hongos y parásitos. Estas infecciones pueden dar lugar a la formación de protuberancias de pus, también conocidas como pústulas, en la piel del perro.

Uno de los tipos más comunes de infecciones cutáneas en perros es la pioderma bacteriana. Esta afección se produce cuando la piel se infecta con bacterias, normalmente procedentes de la flora cutánea normal. Algunas razas son más propensas a la pioderma bacteriana, como los Bulldogs y los Boxers.

Las infecciones fúngicas, como la tiña, también pueden causar pústulas en la piel del perro. La tiña está causada por un tipo de hongo y puede transmitirse a los perros a través de otros animales o incluso de los humanos. Los perros con tiña pueden desarrollar zonas circulares de pérdida de pelo con piel roja y escamosa.

Las infecciones parasitarias, como la sarna, también pueden provocar protuberancias de pus en la piel del perro. La sarna está causada por ácaros que penetran en la piel del perro y provocan picor intenso, caída del pelo y formación de pústulas. Existen distintos tipos de sarna, como la sarna sarcóptica y la sarna demodéctica.

El tratamiento de las infecciones cutáneas en perros suele consistir en abordar la causa subyacente de la infección. Esto puede incluir antibióticos para las infecciones bacterianas, medicamentos antifúngicos para las infecciones por hongos y medicamentos para matar parásitos para las infecciones parasitarias. En algunos casos, también pueden recomendarse champús medicinales o tratamientos tópicos.

Es importante consultar a un veterinario si el perro presenta granos de pus o cualquier otro signo de infección cutánea. El veterinario puede determinar la causa de la infección y recomendar el tratamiento adecuado para ayudar a su perro a curarse y aliviar las molestias.

Alergias

Las alergias son una causa frecuente de la aparición de pus en los perros. Los perros pueden desarrollar alergias a diversas sustancias, como los alimentos, el polen, los ácaros del polvo y determinadas sustancias químicas. Cuando un perro alérgico entra en contacto con un alérgeno, su sistema inmunitario reacciona de forma exagerada y libera histamina, que puede provocar la inflamación de la piel y la formación de pus.

Algunos perros pueden estar genéticamente predispuestos a desarrollar alergias, mientras que otros pueden desarrollarlas con el tiempo. Las alergias pueden hacer que el perro se rasque o se lama en exceso, lo que provoca una mayor irritación y la formación de pus. Es importante identificar y tratar el alergeno subyacente para aliviar al perro.

Las alergias alimentarias pueden ser una causa común de los pus en los perros. Ciertos ingredientes, como la ternera, el pollo, el trigo y la soja, son más propensos a desencadenar alergias alimentarias en los perros. Las dietas de eliminación o las pruebas de alergia pueden ayudar a identificar el ingrediente específico que causa la reacción alérgica.

El polen y otros alérgenos ambientales también pueden causar pus en los perros. Los perros pueden desarrollar alergias estacionales, cuyos síntomas aparecen en épocas concretas del año, cuando determinadas plantas o árboles liberan alérgenos en el aire. Evitar la exposición a estos alérgenos o utilizar antihistamínicos o inmunoterapia puede ayudar a aliviar los síntomas.

En algunos casos, los perros pueden desarrollar una alergia de contacto por entrar en contacto directo con determinados productos químicos o materiales. Puede tratarse de productos de limpieza, jabones, champús o determinados tejidos. Identificar y evitar estos desencadenantes puede ayudar a prevenir la formación de pus.

En conclusión, las alergias son una causa frecuente de pus en los perros. Identificar el alergeno específico y realizar los cambios apropiados en el entorno o la dieta del perro puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir la reaparición de pus.

Parásitos

Los parásitos son una causa frecuente de pus en los perros. Estos organismos pueden ser pulgas, garrapatas, ácaros y piojos. Las pulgas y las garrapatas pueden picar e irritar la piel, lo que provoca inflamación y, a la larga, la formación de bultos llenos de pus. Los ácaros, como los de la sarna, pueden excavar en la piel y provocar picores intensos y la aparición de pústulas. Los piojos también pueden picar e irritar la piel, provocando pústulas y una posible infección.

Para prevenir y tratar las pústulas parasitarias, es importante proteger al perro de estos parásitos. Un aseo regular, como el cepillado y el baño, puede ayudar a eliminar los parásitos que pueda haber en el pelo del perro. El uso de productos para la prevención de pulgas y garrapatas, como tratamientos puntuales o collares, también puede ayudar a prevenir las infestaciones. En los casos en que su perro ya tenga pus debido a los parásitos, un veterinario puede recetarle medicamentos para eliminar los parásitos y tratar cualquier infección secundaria que pueda haberse desarrollado.

Si sospecha que los parásitos están causando pus en su perro, es importante que acuda al veterinario. Un veterinario podrá diagnosticar correctamente la causa subyacente y proporcionar el tratamiento adecuado. Además, puede orientarle sobre cómo prevenir futuras infestaciones y mantener a su perro sano y cómodo.

Trastornos autoinmunitarios

Los trastornos autoinmunes son un grupo de afecciones en las que el sistema inmunitario del organismo ataca por error a sus propias células y tejidos sanos. Estos trastornos pueden afectar a diversas partes del cuerpo, como la piel, las articulaciones, las células sanguíneas y los órganos.

Un tipo de trastorno autoinmune que puede manifestarse en forma de protuberancias de pus en los perros es el pénfigo. El pénfigo es una enfermedad autoinmune rara que afecta a la piel y las mucosas. Se produce cuando el sistema inmunitario ataca por error a determinadas proteínas de la piel, provocando la formación de ampollas y pústulas.

Otro trastorno autoinmune que puede provocar pústulas en los perros es el lupus eritematoso. El lupus es una enfermedad inflamatoria crónica que puede afectar a múltiples órganos y tejidos, incluida la piel. Se produce cuando el sistema inmunitario produce autoanticuerpos que atacan diversas partes del cuerpo, lo que provoca inflamación y la formación de pústulas.

Otros trastornos autoinmunes que pueden contribuir a la aparición de pústulas en los perros son la vasculitis, la dermatomiositis y el penfigoide bulloso. La vasculitis es una afección en la que los vasos sanguíneos se inflaman, dando lugar a la formación de lesiones llenas de pus. La dermatomiositis es una enfermedad inflamatoria que afecta a la piel y los músculos y provoca la aparición de pústulas y úlceras. El penfigoide ampolloso es un trastorno ampolloso autoinmune poco frecuente que puede causar la formación de protuberancias llenas de pus en la piel.

El tratamiento de los trastornos autoinmunitarios suele consistir en controlar los síntomas y suprimir el sistema inmunitario. Esto puede incluir el uso de medicamentos inmunosupresores, como corticosteroides o agentes inmunosupresores. En algunos casos, pueden prescribirse tratamientos adicionales, como antibióticos o cremas tópicas, para controlar las infecciones secundarias o aliviar los síntomas.

Es importante consultar a un veterinario si su perro presenta pus o cualquier otro problema cutáneo. El veterinario puede diagnosticar correctamente la causa subyacente y recomendar un plan de tratamiento adecuado. Además, las revisiones periódicas y el seguimiento son esenciales para gestionar eficazmente los trastornos autoinmunes en los perros y garantizar su bienestar general.

Tratamiento de los pus en perros

El tratamiento de los pus en los perros por lo general implica abordar la causa subyacente, aliviar el malestar, y promover la curación. Es importante consultar a un veterinario para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuados.

Si el pus está causado por una infección, el veterinario puede prescribir antibióticos para eliminar las bacterias. Es importante administrar los antibióticos según las indicaciones y completar todo el tratamiento para garantizar la erradicación completa de la infección.

En los casos en que la protuberancia de pus es el resultado de una reacción alérgica o irritación de la piel, el veterinario puede recomendar tratamientos tópicos como champús medicinales, cremas o pomadas. Estos productos pueden ayudar a calmar la zona afectada, reducir la inflamación y favorecer la cicatrización. También puede sugerir que se evite cualquier alérgeno o irritante conocido para prevenir nuevos brotes.

En algunos casos, el veterinario puede tener que drenar el pus para aliviar la presión y favorecer la cicatrización. Este procedimiento sólo debe realizarlo un profesional cualificado para evitar complicaciones o nuevas infecciones. Tras el drenaje, el veterinario puede aplicar una pomada antibiótica tópica para prevenir la infección y favorecer la cicatrización.

Para evitar que los pus vuelvan a aparecer, es importante mantener una buena higiene y limpiar regularmente la piel del perro. Esto puede ayudar a eliminar las bacterias, la suciedad y los alérgenos que pueden contribuir a la formación de pus. Además, mantener fuerte el sistema inmunitario del perro mediante una dieta equilibrada, ejercicio regular y atención veterinaria rutinaria puede ayudar a prevenir infecciones y problemas cutáneos.

En algunos casos, los perros con afecciones cutáneas crónicas pueden requerir un control y tratamiento a largo plazo. Esto puede implicar revisiones periódicas, medicación o dietas especializadas para mantener la afección bajo control y prevenir los brotes.

En general, el tratamiento de los granos de pus en los perros depende de la causa subyacente y de la gravedad de la afección. La consulta con un veterinario es crucial para garantizar un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento eficaz para su amigo peludo.

Antibióticos

Los antibióticos son una opción de tratamiento común para los granos de pus en los perros. Estos medicamentos ayudan a eliminar las bacterias que causan la infección, lo que permite que la piel se cure y los bultos se resuelvan. Es importante tener en cuenta que los antibióticos sólo deben utilizarse bajo la supervisión de un veterinario, ya que pueden tener efectos secundarios potenciales y deben prescribirse en función de las necesidades específicas del perro.

Existen distintos tipos de antibióticos que pueden prescribirse para los granos de pus en los perros, incluidos los antibióticos orales y los antibióticos tópicos. Los antibióticos orales suelen utilizarse para infecciones más graves o casos en los que la infección se ha extendido más allá de la superficie de la piel. Los antibióticos tópicos, como pomadas o cremas, suelen recomendarse para casos menos graves o para infecciones localizadas. Pueden aplicarse directamente sobre la zona afectada.

Cuando se utilizan antibióticos para tratar los pus en los perros, es importante seguir atentamente las instrucciones del veterinario y completar todo el tratamiento. De este modo se garantiza la erradicación de todas las bacterias y se reduce el riesgo de resistencia a los antibióticos. También es importante vigilar al perro para detectar cualquier reacción adversa o efecto secundario, como molestias gastrointestinales o reacciones alérgicas. Si surge algún problema, hay que ponerse en contacto inmediatamente con el veterinario.

Además de los antibióticos, el veterinario puede recomendar otras opciones de tratamiento para ayudar en el proceso de curación. Esto puede incluir la limpieza de la zona afectada con soluciones antisépticas, la aplicación de apósitos o el uso de medicamentos para aliviar el dolor o las molestias. Es crucial seguir todos los tratamientos recomendados y continuar vigilando la evolución del perro hasta que los bultos se hayan curado por completo.

En general, los antibióticos desempeñan un papel importante en el tratamiento de los granos de pus en los perros. Ayudan a eliminar las bacterias causantes de la infección y favorecen la curación de la piel afectada. Sin embargo, es importante utilizar los antibióticos de forma responsable y bajo la supervisión de un veterinario, ya que un uso inadecuado puede provocar resistencia a los antibióticos u otras complicaciones. Consulte siempre a un profesional veterinario para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento apropiado para la enfermedad específica de su perro.

Medicamentos tópicos

Los medicamentos tópicos son una opción de tratamiento común para los granitos de pus en los perros. Se aplican directamente sobre la zona afectada y pueden ayudar a reducir la inflamación y prevenir la infección. Hay varios tipos de medicamentos tópicos que pueden ser prescritos por un veterinario:

  1. Ungüentos antibacterianos: Estos ungüentos contienen antibióticos que pueden ayudar a eliminar las bacterias y prevenir la infección en la zona afectada. Deben aplicarse siguiendo las instrucciones del veterinario.
  2. Cremas con corticoesteroides: Los corticoesteroides pueden ayudar a reducir la inflamación y el picor asociados a los granitos de pus. Estas cremas deben utilizarse con moderación y según las indicaciones del veterinario, ya que su uso prolongado puede tener efectos secundarios.
  3. Cremas antifúngicas: Si los pus son causados por una infección fúngica, pueden recetarse cremas antifúngicas. Estas cremas pueden ayudar a eliminar el hongo y promover la curación.

Además de estos medicamentos tópicos, su veterinario también puede recomendar el uso de un champú medicado o toallitas para limpiar la zona afectada. Estos productos pueden ayudar a eliminar los restos costrosos y mantener limpia la zona.

Es importante seguir las instrucciones del veterinario cuando utilice medicamentos tópicos en su perro. Asegúrese de aplicar el medicamento según las indicaciones y vigile a su perro para detectar cualquier signo de irritación o reacción alérgica. Si la afección no mejora o empeora, póngase en contacto con su veterinario para obtener más orientación.

Identificación y eliminación de alérgenos

Si a su perro le salen granitos de pus, puede deberse a una reacción alérgica. Identificar y eliminar los alérgenos puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir nuevos brotes.

1. Consulte a un veterinario: Si observa granitos de pus en su perro, es importante que consulte a un veterinario que pueda ayudarle a identificar los posibles alergenos. Pueden recomendar pruebas de alergia para determinar las sustancias específicas a las que su perro puede ser sensible.

2. Lleve un diario: Lleve un diario para registrar los síntomas de su perro y los posibles desencadenantes. Anote cualquier cambio en la dieta, el entorno o la exposición a nuevos productos o sustancias.

3. Elimine los posibles alergenos: Una vez identificados los posibles alergenos, tome medidas para eliminarlos del entorno de su perro. Esto puede implicar cambiar su dieta, eliminar ciertas plantas o productos químicos domésticos, o evitar ciertas áreas donde su perro puede estar expuesto a alérgenos como el polen o los ácaros del polvo.

4. Introducir una dieta hipoalergénica: Si los granitos de pus de su perro están causados por alergias alimentarias, su veterinario puede recomendarle cambiar a una dieta hipoalergénica. Estas dietas están formuladas para minimizar el riesgo de desencadenar una reacción alérgica.

5. Considerar la medicación: En algunos casos, su veterinario puede prescribir medicación para ayudar a controlar los síntomas alérgicos de su perro. Esto puede incluir antihistamínicos o corticosteroides para reducir la inflamación y el picor.

6. Baño y aseo regulares: El baño y aseo regulares pueden ayudar a eliminar los posibles alérgenos de la piel y el pelo de su perro. Utilice un champú hipoalergénico y cepille el pelo con suavidad para evitar irritaciones.

**7. Tras realizar los cambios necesarios para eliminar los posibles alergenos, vigile el estado de su perro para comprobar si mejora. Si las protuberancias de pus persisten o empeoran, consulte a su veterinario para obtener más orientación.

Tratamientos antiparasitarios

Cuando se trata de pus en los perros causada por parásitos, es esencial para abordar el problema de fondo mediante la aplicación de tratamientos adecuados parásito. Un parásito común que puede causar problemas de la piel en los perros son las pulgas. Las pulgas no sólo causan molestias y picor, sino que también pueden provocar infecciones bacterianas secundarias.

Para tratar eficazmente la infestación parasitaria y los pus resultantes, es importante utilizar productos antipulgas. Estos pueden incluir tratamientos puntuales, collares antipulgas o medicamentos orales. Es importante consultar con un veterinario para determinar la opción de tratamiento más adecuada para su perro, teniendo en cuenta factores como la edad, el tamaño y el estado general de salud del perro.

Además de las pulgas, otros parásitos como las garrapatas y los ácaros también pueden provocar problemas cutáneos en los perros. En el caso de las infestaciones por garrapatas, es fundamental extraerlas con cuidado utilizando pinzas o herramientas especializadas. Es importante extraer toda la garrapata, incluida la cabeza, para evitar complicaciones. Para evitar futuras infestaciones, también pueden utilizarse productos de prevención de garrapatas, como tratamientos puntuales y collares antigarrapatas.

Los ácaros, por su parte, requieren tratamientos específicos según el tipo de infestación. Por ejemplo, la sarna sarcóptica causada por los ácaros Sarcoptes scabiei requiere medicación veterinaria para eliminar eficazmente los ácaros y aliviar los síntomas asociados. Los ácaros del oído, otro problema frecuente en los perros, pueden tratarse con medicamentos tópicos específicamente diseñados para combatirlos.

El aseo y la limpieza regulares también son cruciales para prevenir y controlar las infestaciones parasitarias en los perros. Esto incluye bañar al perro con champús o productos medicinales adecuados para matar y repeler los parásitos. Además, limpiar y tratar con regularidad la cama y las zonas de residencia del perro puede ayudar a reducir el riesgo de reinfestación.

Recuerde que, cuando se trata de tratar los pus causados por parásitos en los perros, un enfoque integral que incluya tratamientos antiparasitarios, una higiene adecuada y revisiones veterinarias periódicas es esencial para el bienestar de su compañero canino.

Medicamentos inmunosupresores

La aparición de pus en los perros puede deberse a diversos factores, como un sistema inmunitario hiperactivo. En los casos en que el sistema inmunitario ataca a los tejidos del propio organismo, pueden recetarse medicamentos inmunosupresores para ayudar a tratar la afección.

Los inmunosupresores suprimen o reducen la actividad del sistema inmunitario. Esto puede ayudar a reducir la inflamación y prevenir la formación de pus en la piel del perro. Estos medicamentos suelen ser recetados por un veterinario y requieren un seguimiento cuidadoso para garantizar que son eficaces y no causan efectos secundarios negativos.

Entre los medicamentos inmunosupresores más utilizados en el tratamiento de los pus en perros se encuentran los corticosteroides, como la prednisona. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la inflamación y suprimir la respuesta inmunitaria. Sin embargo, también pueden tener efectos secundarios, como aumento de la sed y la micción, aumento de peso y mayor propensión a las infecciones. Es importante seguir atentamente las instrucciones del veterinario y vigilar la salud del perro mientras toma estos medicamentos.

En algunos casos, pueden prescribirse otros medicamentos inmunosupresores, como ciclosporina o azatioprina. Estos medicamentos actúan sobre componentes específicos del sistema inmunitario para ayudar a reducir la inflamación y controlar la respuesta inmunitaria del perro. Al igual que los corticosteroides, pueden tener efectos secundarios y requieren un seguimiento regular para garantizar su eficacia y seguridad.

Es importante señalar que los medicamentos inmunosupresores sólo deben utilizarse bajo la orientación y supervisión de un veterinario. Son medicamentos potentes que pueden tener efectos secundarios graves si no se utilizan correctamente. Además, es importante abordar la causa subyacente de las protuberancias de pus, ya que la simple supresión del sistema inmunitario puede no ser una solución a largo plazo. El veterinario trabajará para determinar la causa de la disfunción del sistema inmunitario del perro y desarrollar un plan de tratamiento integral para abordarla.

PREGUNTAS FRECUENTES:

¿Cuáles son las causas comunes de los pus en los perros?

Los pus en los perros pueden deberse a varios factores, como infecciones bacterianas o fúngicas, alergias, picaduras de insectos o enfermedades autoinmunes. Es importante consultar a un veterinario para determinar la causa específica y proporcionar el tratamiento adecuado.

¿Cómo puedo saber si mi perro tiene un bulto con pus?

Puede buscar signos como enrojecimiento, hinchazón o un bulto elevado en la piel de su perro. El bulto puede estar lleno de pus, que es un líquido espeso, amarillento o blanco. Su perro también puede mostrar signos de malestar, como picor o lamerse la zona afectada. Si observa alguno de estos síntomas, es aconsejable que acuda al veterinario.

¿Puedo tratar los granitos de pus de mi perro en casa?

Aunque existen algunos remedios caseros que pueden ayudar a aliviar los síntomas, siempre se recomienda consultar a un veterinario para un diagnóstico y tratamiento adecuados. Dependiendo de la causa subyacente, el veterinario puede prescribir antibióticos, medicamentos antifúngicos, cremas tópicas o recomendar otros tratamientos adecuados.

¿Los granos de pus en los perros son contagiosos para los humanos?

En general, los granitos de pus en los perros no se consideran contagiosos para los humanos. Sin embargo, ciertas infecciones bacterianas o fúngicas que causan pus en los perros pueden transmitirse a los humanos. Es importante practicar una buena higiene, como lavarse las manos después de tocar al perro o cualquier zona potencialmente afectada, para minimizar el riesgo de transmisión.

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