¿Por qué mi perro me pone la pata encima?
¿Por qué el perro te pone la pata encima? ¿Te has dado cuenta de que tu perro te pone la pata encima a menudo? Este comportamiento puede parecer mono …
Leer el artículoLos perros son conocidos por sus increíbles capacidades auditivas y a menudo reaccionan a sonidos que los humanos ni siquiera pueden detectar. Si su perro ladra ante cualquier ruido, puede ser frustrante y agotador tanto para usted como para su amigo peludo. Sin embargo, es importante entender que ladrar es un comportamiento natural de los perros y que sirve para varios propósitos.
Una de las razones por las que tu perro puede ladrar ante cualquier pequeño ruido es por su instinto de proteger su territorio. Los perros son animales territoriales y pueden percibir cualquier ruido inusual como una amenaza potencial. Ladrar es su forma de advertir a los intrusos o a los sonidos desconocidos de que están presentes y dispuestos a defender su territorio.
Los ladridos también pueden ser consecuencia del miedo o la ansiedad de los perros. Si su perro ha tenido una experiencia negativa en el pasado o está generalmente más ansioso, puede estar en alerta máxima y responder a cualquier ruido con ladridos. Es su forma de expresar su malestar e intentar distanciarse de la amenaza percibida.
Otro posible motivo de los ladridos excesivos ante cualquier ruido es el aburrimiento. Los perros son animales muy sociables y necesitan estimulación mental y física para estar contentos y felices. Si su perro no está recibiendo suficiente ejercicio o enriquecimiento mental, pueden recurrir a ladrar como una forma de aliviar su energía contenida y la frustración.
En conclusión, entender por qué su perro ladra ante cualquier ruido requiere tener en cuenta sus instintos naturales, sus miedos y su bienestar general. Al abordar sus necesidades de interacción social, ejercicio y proporcionar un entorno seguro y protegido, puede ayudar a minimizar los ladridos excesivos y crear una relación más armoniosa con su compañero peludo.
Los perros ladran como forma de comunicación: Ladrar es una de las principales formas que tienen los perros de comunicarse con sus dueños y con otros perros. Puede indicar una serie de cosas, como alertar al dueño de algo inusual o amenazador en el entorno, expresar excitación o frustración, o intentar llamar la atención. Los perros ladran de forma diferente según la situación, y entender el contexto en el que ladran puede ayudar a comprender lo que intentan comunicar.
Instinto de protección y territorialidad: Los perros tienen el instinto natural de proteger su territorio y a sus dueños, lo que puede traducirse en ladridos cuando perciben una amenaza potencial. Esto es especialmente cierto en el caso de las razas conocidas por ser protectoras, como los perros guardianes. Ladrar puede ser una forma de advertir a posibles intrusos que se mantengan alejados o de alertar a sus dueños de que algo va mal.
Aburrimiento y soledad: Los perros son animales sociales y les encanta recibir atención e interactuar con sus dueños. Cuando los perros se aburren o se quedan solos durante largos periodos de tiempo, pueden ladrar para aliviar su aburrimiento o expresar su soledad. Proporcionar estimulación mental, como rompecabezas o juegos interactivos, y asegurarse de que los perros socializan lo suficiente y hacen ejercicio puede ayudar a reducir los ladridos excesivos debidos al aburrimiento o la soledad.
Ansiedad y miedo: Algunos perros pueden ladrar en exceso debido a la ansiedad o el miedo. Esto puede ser provocado por diversas situaciones, como ruidos fuertes, entornos desconocidos o ansiedad por separación. Ladrar puede ser para estos perros una forma de afrontar su miedo o de buscar la tranquilidad de sus dueños. Es importante identificar la causa subyacente de su ansiedad y abordarla con técnicas de adiestramiento y comportamiento para ayudar a reducir sus ladridos.
Falta de adiestramiento y refuerzo: Hay que adiestrar a los perros para que sepan cuándo es apropiado ladrar y cuándo no. Si un perro no ha recibido el adiestramiento adecuado o no se le ha reforzado sistemáticamente por los comportamientos deseados, puede ladrar en exceso. Las técnicas de adiestramiento como el refuerzo positivo y el adiestramiento de obediencia pueden ayudar a enseñar a los perros a ladrar sólo cuando sea necesario y a callarse cuando se les ordene.
Problemas de salud: En algunos casos, los ladridos excesivos pueden ser un signo de problemas de salud subyacentes. Los perros pueden ladrar si sienten dolor, incomodidad o problemas neurológicos. Si los ladridos de un perro cambian repentinamente o se hacen más frecuentes, es importante consultar a un veterinario para descartar posibles causas médicas.
En general, entender por qué ladra su perro puede ayudarle a abordar las razones subyacentes de su comportamiento ladrador. Si le proporciona el adiestramiento, la socialización y la estimulación mental adecuados, y aborda cualquier problema de salud o ansiedad subyacente, puede ayudar a reducir los ladridos excesivos y fomentar una relación más feliz y armoniosa con su amigo peludo.
Los perros son animales sensibles por naturaleza y tienen un fuerte instinto para proteger su territorio. Este instinto se remonta a sus antepasados, que utilizaban los ladridos para advertir a los miembros de la manada de posibles amenazas en la naturaleza. Aunque nuestros perros de compañía ya no viven en libertad, este instinto protector sigue profundamente arraigado en su ADN.
Cuando los perros oyen un ruido, su respuesta instintiva es evaluar si supone una amenaza potencial para su territorio o su familia. Puede tratarse de un susurro en el exterior, pasos en el pasillo o incluso el sonido de un timbre. Independientemente del origen del ruido, los perros consideran que es su deber alertar a sus dueños.
El instinto de ladrar ante cualquier ruido también se ve reforzado por el hecho de que los ladridos pueden disuadir eficazmente a posibles intrusos. Al ladrar fuerte y persistentemente, los perros esperan ahuyentar cualquier amenaza potencial antes de que se acerque demasiado a su territorio. Este comportamiento es el resultado del fuerte instinto protector que se ha transmitido de generación en generación.
Es importante recordar que ladrar ante cualquier ruido es un comportamiento natural de los perros y no debe suprimirse por completo. Sin embargo, los ladridos excesivos pueden ser molestos e indicar problemas subyacentes como ansiedad o miedo. En tales casos, es aconsejable consultar a un adiestrador de perros profesional o a un especialista en comportamiento canino para abordar la raíz del comportamiento del perro y encontrar soluciones adecuadas.
Comprender los distintos tipos de ladridos que emiten los perros puede ayudar a los propietarios a interpretar mejor el comportamiento de su perro y abordar problemas específicos. Éstos son algunos tipos comunes de ladridos y lo que pueden significar:
1. Ladrido de alarma: Se trata de una serie de ladridos agudos y rápidos provocados por algo inusual o amenazador. Es la forma que tiene el perro de alertar a su dueño de posibles peligros o intrusos.
2. Ladrido de juego: Los perros utilizan este tipo de ladrido cuando están excitados y quieren participar en un juego. Suele ir acompañado de un movimiento de la cola y un comportamiento juguetón.
3. Ladrido de advertencia: Este ladrido es más grave y prolongado que el de alarma. Se utiliza para ahuyentar las amenazas percibidas y puede ir acompañado de gruñidos. Los perros pueden utilizar este ladrido para proteger su territorio o para mostrar dominancia.
4. Ladrido de angustia: Los perros emplean este ladrido cuando sienten dolor o malestar. Suele ser agudo y repetitivo, lo que indica que el perro está angustiado y necesita atención o ayuda.
5. Ladrido para llamar la atención: Los perros suelen utilizar este ladrido para llamar la atención de su dueño o expresar su deseo de algo, como comida o un paseo. Puede ser persistente y puede cesar una vez satisfechas las necesidades del perro.
6. Ladrido social: Los perros utilizan este tipo de ladrido para comunicarse con otros perros o humanos de forma amistosa. Es una forma de iniciar la interacción o de expresar su excitación.
7. Ladrido de frustración: Este ladrido se caracteriza por un sonido repetitivo y quejumbroso. Los perros pueden utilizarlo cuando se sienten frustrados o se les impide acceder a algo que desean o cuando están ansiosos o aburridos.
8. Ladrido agresivo: Este ladrido es fuerte, profundo y va acompañado de una postura amenazadora. Los perros pueden utilizarlo cuando se sienten amenazados o para afirmar su dominio. Es importante tratar este tipo de ladrido con precaución y buscar ayuda profesional si es necesario.
9. Aullido: El aullido es una vocalización única que utilizan los perros para comunicarse a larga distancia. Puede significar soledad, ansiedad o una respuesta a determinados sonidos, como las sirenas.
Prestando atención a los distintos tipos de ladridos y a los comportamientos que los acompañan, los propietarios de perros pueden comprender mejor las necesidades y emociones de su perro. Esta comprensión puede conducir a una comunicación más eficaz y a un vínculo más fuerte entre el dueño y su amigo peludo.
Para entender por qué su perro ladra ante cualquier ruido, es importante identificar los desencadenantes de este comportamiento. Los perros tienen un oído muy sensible, por lo que incluso el ruido más leve puede captar su atención y desencadenar una reacción. Si identifica los desencadenantes específicos, podrá trabajar para controlar el comportamiento ladrador de su perro.
Un desencadenante habitual para los perros es el sonido del timbre o los golpes en la puerta. Muchos perros asocian estos sonidos con la llegada de alguien a casa, lo que puede desencadenar sus instintos protectores. Otros desencadenantes pueden ser el sonido de pasos en el exterior, sirenas o incluso el sonido de otros perros ladrando en el vecindario.
Puede ser útil llevar un registro o diario de cuándo y dónde ladra su perro en respuesta a los ruidos. Anote el ruido concreto que desencadenó los ladridos, la hora del día y cualquier otro detalle relevante. Esto puede ayudarle a identificar patrones y a comprender cuáles son los desencadenantes más problemáticos para su perro.
Una vez identificados los factores desencadenantes, puede empezar a aplicar estrategias para controlar los ladridos de su perro. Esto puede incluir ejercicios de desensibilización, en los que se expone gradualmente al perro al ruido desencadenante a un volumen bajo y se le recompensa por un comportamiento tranquilo. También puede considerar la posibilidad de utilizar máquinas de ruido blanco o música relajante para ahogar los ruidos externos que puedan desencadenar los ladridos.
Recuerde que es importante ser paciente y constante a la hora de reducir los ladridos de su perro. Con tiempo y entrenamiento, puede ayudar a que su perro se sienta más cómodo y menos reactivo a cada pequeño ruido que oiga.
La ansiedad por el ruido es un problema común para muchos perros y puede hacer que ladren ante cualquier pequeño ruido. Los perros con ansiedad por el ruido suelen ser extremadamente sensibles a los sonidos y pueden asustarse o agitarse cuando oyen ruidos fuertes o desconocidos. Esto puede incluir sonidos como tormentas eléctricas, fuegos artificiales, sirenas o incluso ruidos cotidianos como el timbre de la puerta o una aspiradora.
Los perros con ansiedad ante los ruidos pueden mostrar varios signos de angustia, como ladridos excesivos, jadeos, temblores, paseos, esconderse o buscar constantemente la tranquilidad de sus dueños. También pueden mostrar comportamientos destructivos o intentar escapar de la fuente de ruido.
Hay varias razones por las que un perro puede desarrollar ansiedad por el ruido. Puede ser el resultado de un acontecimiento traumático o de una experiencia negativa asociada a un sonido concreto. Algunos perros pueden tener una predisposición genética a la ansiedad por ruido, mientras que otros pueden haberla desarrollado como un comportamiento aprendido de su entorno.
Controlar la ansiedad por el ruido en los perros puede ser difícil, pero hay varias estrategias que pueden ayudar. Una de ellas es la desensibilización, que consiste en exponer gradualmente al perro al ruido de forma controlada y positiva, recompensándole por su comportamiento tranquilo. Otra opción es el contracondicionamiento, que consiste en asociar el ruido con algo positivo, como golosinas o tiempo de juego.
Es importante consultar a un veterinario o a un adiestrador canino profesional para elaborar un plan personalizado de control de la ansiedad por el ruido en su perro. Pueden orientarle sobre técnicas específicas, como el uso de difusores de feromonas o medicamentos contra la ansiedad, que pueden ayudar a aliviar la ansiedad de su perro y reducir sus ladridos excesivos en respuesta a los ruidos.
Los perros son animales naturalmente territoriales, lo que significa que tienen un fuerte instinto para proteger su territorio. Este comportamiento territorial puede manifestarse de varias formas, como ladrar ante cualquier ruido. Cuando un perro oye un ruido fuera de su territorio, ladra para alertar y advertir a los intrusos de que se mantengan alejados. Este comportamiento está arraigado en su naturaleza de animales de manada y en su necesidad de establecer límites.
**Mayor sensibilidad
Uno de los motivos por los que los perros ladran ante cualquier ruido es su mayor sensibilidad a los sonidos. Los perros tienen un sentido del oído mucho más agudo que el de los humanos, y son capaces de detectar sonidos sutiles que nosotros ni siquiera percibimos. Su aguda percepción auditiva les hace más susceptibles de ser reactivos y vocales en respuesta a cualquier ruido que llame su atención.
**Proteger su territorio
Los perros ladran ante cualquier ruido para proteger activamente su territorio. Perciben cualquier ruido como una amenaza potencial y sienten la necesidad de defender su hogar. Este comportamiento es una respuesta instintiva para garantizar la seguridad de su manada, que en un entorno doméstico incluye a su familia humana. Al ladrar, los perros intentan intimidar y disuadir a cualquier intruso potencial o amenaza percibida.
Establecer límites
Ladrar ante cualquier ruido también sirve a los perros para establecer sus límites y comunicar que una zona concreta es su territorio. Cuando un perro ladra a ruidos fuera de su territorio, básicamente está marcando su presencia y declarando que es el dueño de ese espacio. Esta es una parte importante del comportamiento canino que ayuda a mantener el orden social y evita posibles conflictos con otros animales o individuos.
Reducir los ladridos territoriales
Si los ladridos territoriales de su perro se vuelven excesivos o molestos, existen estrategias que puede probar para ayudar a reducir este comportamiento. Proporcionarle mucha estimulación mental y física mediante ejercicio y adiestramiento regulares puede ayudar a canalizar la energía de su perro y dar una salida positiva a sus instintos territoriales. También puede ser beneficioso desensibilizarlo a diferentes ruidos exponiéndolo gradualmente a los sonidos que desencadenan sus ladridos. Además, garantizar un entorno seguro y cómodo para su perro puede ayudar a reducir su necesidad de estar constantemente alerta y a la defensiva.
La ansiedad por separación es un problema común entre los perros que les hace ladrar en exceso cuando se quedan solos. Los perros con ansiedad por separación se estresan mucho y sienten miedo cuando sus dueños no están cerca, y ladrar es sólo una forma de expresar su angustia.
*Los signos de ansiedad por separación en los perros pueden ser los siguientes
La ansiedad por separación suele aparecer en perros que han sufrido un acontecimiento traumático en el pasado, como ser abandonados o pasar un tiempo en un refugio. También puede darse en perros que tienen un fuerte apego a sus dueños y no han sido adiestrados adecuadamente para estar solos.
Para ayudar a un perro con ansiedad por separación, es importante abordar las causas subyacentes y proporcionarle el apoyo que necesita. Esto puede implicar desensibilizar gradualmente al perro a la soledad mediante ejercicios de adiestramiento, proporcionarle juguetes interactivos o rompecabezas para mantenerlo ocupado, o buscar ayuda profesional de un especialista en comportamiento canino o un adiestrador.
1. Identificar los desencadenantes: El primer paso para controlar los ladridos excesivos es identificar qué desencadena los ladridos de su perro. ¿Son determinados sonidos, personas o situaciones? Observar el comportamiento de su perro y llevar un diario puede ayudarle a identificar los factores desencadenantes.
**2. Una vez identificados los factores desencadenantes, puede empezar a desensibilizar a su perro. Exponga gradualmente a su perro al desencadenante a un nivel bajo y recompénselo por un comportamiento tranquilo. Esto le ayudará a asociar el desencadenante con experiencias positivas en lugar de con ladridos.
**3. Los perros suelen ladrar por aburrimiento o exceso de energía. Asegúrese de que su perro recibe suficiente estimulación mental y física a través de actividades como juguetes rompecabezas, entrenamiento de obediencia y ejercicio regular. Esto le ayudará a cansarse y a reducir su necesidad de ladrar en exceso.
4. Utilice el adiestramiento de refuerzo positivo: Entrene a su perro para que entienda y responda a señales como “silencio” o “basta”. Utilice técnicas de refuerzo positivo, como golosinas o elogios, para recompensarle cuando deje de ladrar a la orden. La constancia y la repetición les ayudarán a aprender a controlar sus ladridos.
5. Cree un entorno tranquilo: Cree un entorno tranquilo y apacible para su perro reduciendo al mínimo los ruidos fuertes y las distracciones. Proporciónele un espacio cómodo y seguro al que retirarse cuando se sienta ansioso o abrumado. Esto puede ayudar a reducir su nivel general de estrés y, en consecuencia, sus ladridos.
6. Considere la ayuda profesional: Si los ladridos excesivos de su perro persisten a pesar de sus esfuerzos, considere la posibilidad de buscar ayuda profesional de un adiestrador o veterinario. Pueden proporcionarle más orientación y técnicas para controlar el comportamiento ladrador de su perro.
7. Tenga paciencia: Controlar los ladridos excesivos requiere tiempo y paciencia. Recuerde que los perros ladran como forma de comunicación, y puede llevarles tiempo desaprender ciertos comportamientos. Sea constante, mantenga la calma y proporcione refuerzos positivos para ayudar a su perro a controlar con éxito sus ladridos.
El refuerzo positivo es una herramienta poderosa para adiestrar a los perros para que dejen de ladrar ante cualquier ruido. Consiste en recompensar a su perro por un comportamiento tranquilo y calmado en lugar de castigarlo por ladrar. Al recompensar el comportamiento deseado, está enseñando a su perro que estar tranquilo y calmado es más gratificante que ladrar.
Una forma eficaz de utilizar el refuerzo positivo es premiar a su perro con golosinas o elogios cuando permanece tranquilo ante ruidos que normalmente desencadenarían sus ladridos. Por ejemplo, si su perro oye un ruido en el exterior y no ladra, puede darle una golosina y elogiarle por su buen comportamiento.
La constancia es la clave del refuerzo positivo. Es importante recompensar a su perro cada vez que muestre el comportamiento deseado de permanecer quieto. Esto le ayudará a entender que el silencio es lo que le hace merecedor de la recompensa.
Además de golosinas y elogios, también puede utilizar otras formas de refuerzo positivo, como juguetes o tiempo de juego, para motivar a su perro a permanecer tranquilo y callado. Por ejemplo, si su perro permanece quieto cuando se produce un ruido, puede hacer que juegue a buscarlo o darle su juguete favorito como recompensa.
Al utilizar el refuerzo positivo, es importante ser paciente y constante. El perro puede tardar un tiempo en comprender qué comportamiento se recompensa, por lo que es importante ser constante en el adiestramiento. Con el tiempo y la constancia, el refuerzo positivo puede ayudar a su perro a romper el hábito de ladrar a cada pequeño ruido.
El contracondicionamiento es una técnica que puede utilizarse para cambiar la respuesta emocional del perro a determinados ruidos. El objetivo es sustituir el miedo o la ansiedad que siente su perro por una asociación positiva o neutra. Esta técnica puede ser eficaz para reducir los ladridos de su perro ante cualquier ruido.
Para iniciar el contracondicionamiento, deberá identificar los ruidos concretos que desencadenan los ladridos de su perro. Una vez identificados estos ruidos, puede iniciar el proceso de desensibilización. Se trata de exponer gradualmente al perro a un ruido de baja intensidad y recompensarle por un comportamiento tranquilo.
Un método de contracondicionamiento consiste en utilizar una grabación del ruido que desencadena los ladridos del perro. Empiece reproduciendo la grabación a un volumen bajo mientras su perro realiza una actividad positiva, como jugar con su juguete favorito o darle golosinas. Aumente gradualmente el volumen de la grabación con el tiempo, manteniendo siempre a su perro en un estado relajado y tranquilo.
Otra técnica consiste en emparejar el ruido con algo que le guste a su perro, como golosinas o juegos. Por ejemplo, cada vez que su perro oiga el ruido desencadenante, dele inmediatamente una golosina de gran valor o participe en un juego divertido. Esto creará una asociación positiva entre el ruido y algo placentero para su perro.
Es importante ser paciente y constante al utilizar técnicas de contracondicionamiento. El proceso puede llevar tiempo y es importante avanzar al ritmo del perro. También es importante evitar recompensar inadvertidamente los ladridos del perro prestándole atención o alterándose usted mismo. En su lugar, concéntrese en recompensar el comportamiento tranquilo y redirigir su atención hacia una actividad más apropiada.
El uso de técnicas de contracondicionamiento puede ayudar a cambiar la percepción que tiene el perro de ciertos ruidos y a reducir sus ladridos. Siempre es una buena idea consultar a un adiestrador canino profesional o a un especialista en comportamiento para que le oriente y le ayude a aplicar estas técnicas de forma eficaz.
Si los ladridos excesivos de su perro se convierten en un problema persistente y empiezan a perturbar su rutina diaria o la paz en su vecindario, puede ser necesario buscar ayuda profesional. Hay varios profesionales especializados en el comportamiento canino que pueden proporcionar orientación y adiestramiento para solucionar el problema de los ladridos.
Un adiestrador o especialista en comportamiento canino puede trabajar con usted y su perro para identificar las causas subyacentes de los ladridos y desarrollar un plan de adiestramiento personalizado. Pueden enseñarle técnicas y estrategias eficaces para controlar y modificar el comportamiento de su perro. Esto puede implicar ejercicios de desensibilización, adiestramiento basado en recompensas y ofrecer a su perro comportamientos alternativos a los ladridos.
Además, un veterinario puede evaluar la salud general de su perro y descartar cualquier afección médica que pueda estar contribuyendo a los ladridos excesivos. Ciertos problemas médicos, como el dolor o la pérdida de audición, pueden causar angustia en los perros y provocar un aumento de los ladridos.
En algunos casos, puede recomendarse medicación para ayudar a controlar los ladridos del perro. Esta opción suele considerarse cuando los ladridos están provocados por problemas de ansiedad o miedo. Un veterinario puede prescribir la medicación adecuada y controlar la respuesta del perro para garantizar su seguridad y eficacia.
Recuerde que la ayuda profesional debe buscarse siempre en personas cualificadas y acreditadas. Es importante investigar a fondo y pedir recomendaciones a fuentes de confianza para encontrar al profesional adecuado que pueda tratar eficazmente el comportamiento ladrador de su perro.
Puede haber varias razones por las que su perro ladre ante cualquier ruido. Los perros tienen un agudo sentido del oído, por lo que pueden ladrar para alertarle de posibles peligros o para expresar su excitación. También puede ser un signo de ansiedad o miedo. Algunos perros pueden ser demasiado protectores con su territorio y sentirse amenazados por ruidos en el exterior. Además, algunas razas son más ruidosas que otras, por lo que la genética también puede influir.
Aunque ladrar a cualquier ruido no es infrecuente, puede indicar problemas subyacentes como ansiedad o miedo. Es importante vigilar el comportamiento de su perro y evaluar si sus ladridos son excesivos o molestos. Si se convierte en un problema, se recomienda acudir a un adiestrador canino profesional o a un especialista en comportamiento para abordar las causas subyacentes y encontrar formas de controlar los ladridos.
Adiestrar a su perro para que deje de ladrar por cualquier ruido requiere paciencia y constancia. Empiece por identificar los factores desencadenantes que hacen que su perro ladre y expóngalo gradualmente a esos factores de forma controlada. Enséñele una orden de “silencio” o “basta” y recompénsele cuando deje de ladrar a la orden. Es importante mantener la calma y evitar gritar o castigar al perro, ya que esto puede aumentar su ansiedad y empeorar los ladridos. Se recomiendan los métodos de adiestramiento basados en el refuerzo positivo y la recompensa.
Sí, se sabe que algunas razas son más vocales y propensas a ladrar ante cualquier ruido. Por ejemplo, las razas pequeñas como los chihuahuas y los yorkshire terrier suelen estar más alerta y reaccionar mejor a los ruidos. Además, las razas guardianas, como los pastores alemanes y los rottweilers, tienen el instinto natural de proteger su territorio y pueden ladrar ante cualquier amenaza percibida. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el comportamiento de los perros de una misma raza puede variar, por lo que no todos los perros de estas razas ladrarán necesariamente de forma excesiva ante cualquier ruido.
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